sábado, 28 de marzo de 2015

El Via Crucis en la prensa




El Yacente inaugura con solemnidad la Semana Santa
«Cómo me impresiona la imagen de este Cristo», admitió el párroco de la iglesia de San Lorenzo

"Por la mañana, el centro de Valladolid ya olía a Semana Santa. Se intuía en las figuritas que adornaban el escaparate de un cosetodo, en los crucifijos apilados dentro del Palacio de Santa Cruz, en las novedades editoriales sobre la Pasión haciéndose hueco en las librerías. Ya por la noche, aún con algo de luz mientras los comercios bajaban la persiana, las campanas que anunciaban la salida del Cristo Yacente en la plaza de Santa Ana parecían querer inaugurar la semana de procesiones.

La plaza de Santa Ana y el pequeño recorrido desde la iglesia del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana hasta la de San Lorenzo aparecían repletos de gente. A la salida de la imagen –obra de Gregorio Fernández–, solemne, pausada, saltaron los flashes de cámaras y móviles. Luces blancas que acentuaban aún más el tono pálido, apagado, del rostro del Yacente.

«Cómo me impresiona la imagen de este Cristo Yacente», admitió el párroco de San Lorenzo, Jesús Mateo, ante los abarrotados bancos de la iglesia. La crudeza de las llagas, la mirada entrecerrada. Y sin embargo, aseguró el sacerdote, «a pesar de todo qué paz y qué serenidad transmite».

Las colas de los hábitos barrieron el suelo al paso del Yacente mientras sonaba la música, acorde a un traslado que resultó solemne por el compás al que se mecían los porteadores, por el silencio que envolvía el paso de los cofrades del Santo Entierro, por la noche, que fue tan respetuosa en lo meteorológico como se había anunciado, relativamente cálida y sin viento.

También porque este traslado para realizar el Vía Crucis en la iglesia de San Lorenzo fue el primer desfile procesional de esta Semana Santa que acaba de comenzar. Terminó con el canto de la Salve a la patrona de la ciudad, que presidía la celebración, como destacó el párroco Jesús Mateo, ante la imagen de su hijo muerto.

La Cofradía del Santo Entierro saldrá en procesión tres veces más a lo largo de la Semana Santa. El Jueves Santo, a las doce de la noche, lo hará en el Verum Corpus –nueva denominación de su desfile procesional–, que en esta ocasión no llegará hasta el barrio de Girón, sino a la Catedral. También participarán sus hermanos en la Procesión General del Viernes Santo, y por último lo harán en el Santo Entierro de Cristo, el Sábado Santo, a las 20:30 horas, cuando el Yacente regresará al Museo del Monasterio de San Joaquín ySanta Ana.

Ayer, el impresionante Cristo de Gregorio Fernández inició los recorridos de una Semana Santa que ya se dejaba sentir desde primera hora. Era el inicio de diez días de procesiones que llenarán Valladolid, como ocurrió anoche, de solemnidad y sentimiento religioso."




Un sobrecogedor cortejo fúnebre abre la Semana Santa de Valladolid

"La Cofradía del Santo Entierro inauguró las procesiones semanasanteras vallisoletanas con su Vía Crucis, que partió del convento de Santa Ana para llegar a la iglesia de San Lorenzo.

Noche primaveral. Silencio. Expectación. Un yacente sobrecogedor. Se inicia oficialmente la Semana Santa de Valladolid, al menos en lo que a desfiles penitenciales se refiere. La Cofradía del Santo Entierro inauguró las procesiones semanasanteras vallisoletanas con su Vía Crucis.

Al filo de las ochoy media de la tarde, las puertas de la iglesia de San Joaquín y Santa Ana se abrían a ritmo de las gaitas y tambores de la banda de la cofradía de La Piedad, y de las tinieblas de su interior emergía la espectacular talla del un Cristo yacente, obra de Gregorio Fernández.

Meciéndose suavemente al ritmo que marcan sus ocho cargadores avanza calle abajo, con destino a la vecina iglesia de San Lorenzoacompañado de un buen número de penitentes, así como representantes del resto de hermandades. Allí se celebró de forma solemne el ejercicio del Vía Crucis quefinalizó con el rezo de una oración al titular de la cofradía y la Salve a la Virgen de San Lorenzo, patrona de la ciudad.

El cortejo fúnebre, ahora, regresa sobre sus pasos en medio de un gran silencio que añade dramatismo a la escena. Sobre los hombros de los cofrades, un cuerpo que, aunque inerte, parece que puede cobrar vida en cualquier momento. Su perfecta anatomía salió hace cuatro siglos de la gubia del genial artista gallego que supo plasmar como nadie el patetismo de un cuerpo muerto."



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