sábado, 28 de marzo de 2015

Domingo de Ramos

Sin duda, uno de los días más especiales en el calendario de nuestra ciudad de Valladolid es el Domingo de Ramos. En la vivencia que tenemos muchos vallisoletanos de este día, se mezcla el significado religioso de esta Fiesta (la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén) y, como no, una multitud de emociones y recuerdos que nos visitan cada mañana de este Domingo tan especial.

Algunos lo recordarán como la primera vez que salieron en una procesión, quizá acompañados por sus padres. Otros lo recordarán como esa mañana especial de nervios y de preparación en la que se estrena algo, cumpliendo con el conocido dicho de que “el Domingo de Ramos, si no estrenas algo, se te caen las manos”. Es un día familiar por excelencia, de procesión, de sol (si puede ser…), de tomar algo por ahí, de salir después de comer a dar un paseo, preferentemente por el Campo Grande, para ir cogiendo sitio para ver la procesión de la tarde.

Pero, cuando la procesión de las palmas se acaba, además de los recuerdos visuales que nos quedarán en el recuerdo hasta el año siguiente, queda el sonido, la banda sonora de la mañana del Domingo de Ramos. Cualquier vallisoletano semanasantero que se precie sabe perfectamente de qué estamos hablando. Esa música de la procesión que suena a través de la megafonía instalada por las calles de la ciudad. No pretendemos aquí entrar en el debate de la calidad de los altavoces y o de las grabaciones que se utilizan. Es más, ese sonido inconfundible del Himno principal del Domingo de Ramos, tiene ese sabor inconfundible, esa solera que no se puede sustituir por nada.

El Himno de Gloria al Hijo de David, tiene una música fácil de seguir (como corresponde a un himno) y una letra también sencilla… si se entendiera con más nitidez, pero, como ya hemos dicho, forma parte del “encanto” que tiene esta banda sonora tan especial que llena la mañana. Algunos dirán que es molesto, que no pega con la procesión, que es repetitivo, que tiene muy mala calidad… pero los que somos semanasanteros de aquí, de Valladolid, que un día participamos en la procesión de las Palmas de pequeños y que ahora llevamos a nuestros hijos sabemos que, si faltara esta música, la mañana del Domingo de Ramos en Valladolid no sería la misma. Esta es la letra del himno:

Gloria al Hijo de David
sol inmenso de bondad
hosanna que viene en nombre
del excelso Jehova
Triunfante y amoroso
Jesús se acerca ya
con palmas y laureles
salgamosle a esperar.
Que el Dios que resplandece
con tanta majestad
su trono es infinito
su gloria es inmortal.



Una recomendación: no estaría de más que, en la mañana del Domingo de Ramos escuchéis la canción antes de salir de casa, incluso si podéis ir oyéndola uno o dos días antes, para ir “ambientando”, mucho mejor. Quien escribe este artículo tiene por costumbre, unos días antes del comienzo de la Semana Santa, poner en el coche las canciones que se escuchan en el recorrido de la procesión para que los más peques de la casa se identifiquen con el sonido de la megafonía cuando en la mañana del Domingo, vayan desfilando por las calles de Valladolid. A ellos les gusta, porque lo asocian a toda la expectación por las procesiones, y a los padres también porque, por unos días, descansan de las canciones infantiles.

Miguel Ángel González Expósito

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